viernes, 28 de febrero de 2014

Poema de un hijo para su madre

Para un niño, su madre es la mujer más bella del mundo.

A través del ojo de un niño


Doy un paso fuera de la puerta cogido de la mano de mi mamá.
La miro directamente a los ojos, parecen arena tostada.

Para mí es la más persona más hermosa del mundo
Su suave cabello castaño dorado rebota con muchos rizos.

Nos sentamos en el suelo y ella me apunta hacia el cielo.
Miro y veo muchas estrellas brillando y pregunto por qué.
Me mira hacia abajo con una suave sonrisa en su rostro.

Con una gran sonrisa me arrastro en su regazo
Estoy tan feliz, ella puede sentir mi corazón acelerandose.

Puse mis brazos alrededor de ella y le dí un abrazo muy fuerte
Ella dice que le encantan mis suaves abrazos. ¿Otro por favor?
Así la abrazo, y la doy besos en su mejilla suavemente.

Sus ojos se iluminan como si me sonriese.
Levanto la vista y apuntar a un gran círculo blanco en el cielo.
Me dice que es la luna y brilla maravillosamente esta noche.

Con el ceño fruncido le pregunto por qué.
Ella me sonríe suavemente y mi corazón se siente como si puedira volar.
Me siento y pienso que lo sabe todo.

Ella me mira y dice que hago que su corazón sea feliz..
Levanto la vista y digo mamá eres la más bonita para mí.
Ella sonríe y dice que ojalá todo el mundo pudiese mirar a través de mis ojos


La mirada de mama

domingo, 9 de febrero de 2014

Sexualidad e infertilidad


Cuando una pareja desea tener un hijo y se pone a ello, con frecuencia imagina que en un par de meses el embarazo va a llegar, entre otras razones porque, a menudo, esa misma pareja se ha pasado años usando uno o varios métodos anticonceptivos para evitar, con temor casi reverente, embarazos no deseados.


Los médicos recomiendan que durante un año, aproximadamente, la pareja intente conseguir el embarazo a su manera. Después de ese tiempo, a veces de menos, en ocasiones de más, suelen decidir ir al médico en busca de ayuda y empiezan un peregrinaje más o menos lento y a menudo doloroso, de pruebas y diagnósticos. En algunas ocasiones las pruebas no son capaces de detectar ninguna anomalía, pero el embarazo no llega. En otras, encuentran claramente una causa de infertilidad en uno o en los dos miembros de la pareja.

La noticia de la infertilidad muchas veces produce un cataclismo sexual. Y digo sexual porque me refiero a que es relativo a los sexos (hombre y mujer). Ser padre o madre suele verse como un derecho y no tanto como una opción. De tal manera que la imagen que cada miembro de la pareja tiene de sí mismo como hombre o como mujer (su sexualidad) se ve afectada de manera directamente proporcional a cómo de firme sea en ellos la idea de que un hombre es un padre potencial y que una mujer es una madre potencial. Estas ideas inciden negativamente en cómo la pareja pueda vivir esta circunstancia.

A veces, entre tanto diagnóstico desfavorable, hay un rayo de esperanza en forma de posibilidad (en ocasiones mínima) de embarazo por medios naturales. En estos casos, la amatoria de la pareja se ve supeditada a un riguroso calendario de días fértiles y de gestos, ya que en sus encuentros eróticos se incluye, obligatoriamente, la penetración vaginal. De este modo, el deber entra en el reino del deseo y con frecuencia con él, las dificultades eróticas y la culpa. Generalmente, una persona que recibe el diagnóstico de una enfermedad grave, no suele hacer un análisis de esa noticia desde la culpa. Con la infertilidad, incluso cuando hay unas posibilidades realmente muy pequeñas de embarazo natural, sucede a veces que la pareja comienza a buscar qué está haciendo mal para no conseguirlo.

Las dificultades en la procreación pueden producir tanto la unión como la desunión de la pareja entorno a este tema según sus puntos de vista sean más o menos coincidentes (¿Someterse a técnicas de reproducción asistida? ¿Adoptar? ¿No hacer ni lo uno ni lo otro y aceptar lo que venga, si viene?), sepan gestionar mejor o peor sus desacuerdos, afloren o no los sentimientos de culpa o las acusaciones (en el caso de infertilidades que se deban exclusivamente a factores masculinos o a factores femeninos), etc.

En la actualidad se puede acceder a la paternidad/maternidad a través del embarazo –conseguido de manera natural o por técnicas de reproducción asistida- o bien a través de la adopción. Todos los modos son igualmente válidos, aunque algunos conlleven más dificultades y sean más costosos en tiempo, energía, dinero y recursos. Independientemente de la forma de acceso, se crean fuertes vínculos emocionales y sentimientos de entrega y cariño en los padres.

La reproducción es el caso más evidente de la sinergia en la pareja (1+1=3), pero no es el único aspecto de la procreación. Acaso sea útil para las parejas que viven estas dificultades comprender que la infertilidad no convierte su relación en infértil, ya que puede seguirles aportando espacios sinérgicos en lo social, lo económico, lo creativo, el crecimiento personal,… donde el sentir el apoyo, la ayuda o la mera presencia del otro miembro de la pareja los posibilita a ambos a llegar aún más lejos de lo que lo hubieran hecho sumando sus recorridos por separado.